Si hace mucho tiempo que no vas al odontólogo o has decidido cambiar tu dentista habitual, estos consejos te ayudarán a superar el temor de la primera visita.

La visita al dentista: cuida tu boca

Salvo que acudas con una urgencia como un dolor de muelas, en la primera visita no te van a aplicar ningún tratamiento. El profesional necesita evaluar con detenimiento el estado de tu boca. Comprobará si tienes piezas afectadas por caries, si existen problemas periodontales y otros aspectos.

Elaboración de tu historia clínica

Cuando acudes por primera vez a un odontólogo, el primer paso consiste en elaborar tu historial clínico bucodental y conocer tu estado de salud general. Te pasarán un cuestionario para recabar la información que pueda ser de interés.

Enfermedades crónicas, tratamientos farmacológicos, alergias o intolerancias a determinados productos son importantes para evitar complicaciones cuando comiences algún tratamiento.

Si estás embarazada o tienes sospecha de estarlo debes comunicarlo para evitar las radiografías, que pueden dañar al feto. Ten en cuenta que todos los datos que reflejes en el cuestionario, así como los que comentes con el especialista, son confidenciales y se utilizarán solamente para adecuar los tratamientos a tus características particulares.

Revisión exhaustiva

Una vez que pases a la consulta, el odontólogo te realizará una revisión de la boca, ayudado de algunos aparatos para ver mejor todos los ángulos de la cavidad. Ninguno de estos aparatos te producirá dolor, ya que se trata de espejos, espátulas e, incluso, sus propios dedos.

¿Tienes dolor de muelas?

Probablemente, en la primera consulta te hagan una radiografía completa de la boca, lo que se conoce como ortopantomografía. Esta prueba también es totalmente indolora. Si, además, tienes alguna molestia o dolor, el especialista podrá intervenir en ese mismo momento.

Una vez tenga todos los datos, el dentista te informará del estado de tu boca y juntos decidiréis el tratamiento a seguir.